"Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad"
Este famoso dicho generalmente se refiere a un grupo de personas a las que otros les mienten tan a menudo y de manera convincente que comienzan a creerles. Sin embargo, ¿son realmente solo los demás que forman sugerencias falsas, o podemos mentirnos a nosotros mismos?
En su sentido clásico, el dicho anterior se puede observar continuamente. La disponibilidad de información y la capacidad de los medios y las personas ¨influencer¨para dirigirla a un objetivo específico hace que todo el mundo repita sus palabras. La repetición, que para la mayoría excluye la opción de autenticación y se considera una moneda pura. Cambiar la actitud general hacia la información es un proceso difícil, a diferencia de cambiar a un individuo.
En la literatura este fenómeno se refiere como rumiación y se usa para referirse al hecho común de "masticación" de información. Se expresa repitiéndo frases sin buscar una salida o una solución. Estas son situaciones en las que una persona repite una inferencia intuitiva, probablemente influenciada por su propia distorsión cognitiva (tendencia desregulada a hacer inferencias irracionales). Ejemplos de tal masticación son repeticiones negativas del tipo:
"Voy a fallar. Siempre fallo al final. Hasta ahora todo ha estado bien, pero ahora fracasaré, porque siempre fracaso al final.
Estas masticaciones son obsesivas y suenan como una grabación que comienza una y otra vez en la cabeza de una persona. Aunque la mayoría pasan por condiciones similares en ciertos momentos de sus vidas, a algunos les resulta más difícil separarse de la rumiación. Las reflexiones tienen su propio propósito en prevenir la ansiedad al prepararnos para el peor de los casos. Desafortunadamente, en lugar de prevenir la ansiedad, la masticación la nutre, ya que actualiza los recuerdos de fallas anteriores que se experimentan repetidamente a través de cada ¨flash-back¨.
Las reflexiones tienen la calidad de transmitirse rápidamente de una persona a otra, ya que están asociadas con un estilo de pensamiento y actitud ante la vida. En resumen, podemos aprender a vivir con ellos. No expresan una enfermedad en sí mismos, pero podrían marcar la calidad de vida. Un ejemplo colectivo moderno de tal tendencia es la introducción de los términos "pandemia", "nueva realidad", que despiertan mecanismos de defensa intuitivos que conducen a la distancia entre las personas. Es importante tener en cuenta que la masticación a menudo se asocia con peligros reales, que, sin embargo, se exageran y se expresan a través del miedo. Por ejemplo, para alguien puede ser motivo de preocupación conducir un automóvil, practicar deportes o incluso salir solo de casa. En estas situaciones, siempre existe la posibilidad teórica de un accidente, pero es poco probable, y la masticación crea un ambiente temeroso que puede volverse crónico y empeorar la vida de alguien significativamente más y por más tiempo.
La masticación mental es tan común que la mayoría de la gente está acostumbrada a tal punto que ni siquiera les impresiona. Se convierte en un rasgo de carácter que, de manera secundaria, no solo empeora la propia salud mental, sino que también dificulta la comunicación con los seres queridos. Una mayor conciencia de nuestras propias limitaciones en el pensamiento es un requisito previo para los cambios cualitativos para un estilo de vida más saludable.