El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por pensamientos y acciones obsesivas recurrentes. Los pensamientos intrusivos están formados por temas específicos, como:
- religioso
- salud
- moraleja
- poner en peligro a la humanidad, etc.
Los pensamientos entran en la mente sin el deseo y el control del cliente. Los pensamientos son agonizantes y seguidos por rituales que tienen como objetivo contrarrestar la improbable consecuencia futura negativa. Existe la creencia de que uno es responsable de sus propios pensamientos, y sus pensamientos conducen directamente a un impacto en la realidad: "si lo pienso, sí que va a suceder". Aunque pequeño, el riesgo es suficiente para que el cliente inicie la repetición cíclica de pensamientos obsesivos y acciones compulsivas durante un período prolongado de tiempo. Siempre hay ansiedad.
La terapia cognitivo-conductual es prácticamente sin alternativa adecuada en el tratamiento de este tipo de trastorno y sigue un modelo de trabajo estrictamente disciplinado. Dependiendo de los detalles individuales de cada caso, la terapia puede durar más de lo habitual (10-12) sesiones.