Una característica importante de los trastornos de ansiedad son los ataques de pánico recurrentes, que no se limitan a una situación particular. A menudo, los clientes experimentan un ataque inesperado y sin poder definir lo que lo desencadena. Al igual que con otros trastornos de ansiedad, los síntomas principales son:

  • Molestia o dolor torácico
  • Mareo o sensación de desmayo
  • Miedo a morir
  • Miedo a perder el control o de muerte inminente
  • Sensación de asfixia
  • Sentimientos de separación
  • Sentimientos de irrealidad

 

Basicamente, el miedo suele ser de la muerte y es el resultado de que los clientes malinterpretan el atáque de pánico con una enfermedad cardíaca o asfixiarse. Algunas personas temen volverse locas o perder el control. A menudo, el trastorno de pánico se combina con episodios depresivos y, en estos casos, los ataques de pánico suelen ser secundarios a la depresión.

Durante la primera sesión, se realiza una evaluación, se normaliza la ansiedad, se proporciona la información necesaria y el cliente se está preparado para un plan terapéutico, que se seguirá en las reuniones posteriores. Por lo general, se requieren entre 6 y 12 sesiones.